miércoles, 31 de octubre de 2018

EL BOCATA DEL ESTUDIANTE (INICIO DE CURSO) JORGE GARCÍA 1ºE

By octubre 31, 2018

EL BOCATA DEL ESTUDIANTE


Eran las 6:45. Jorge apareció en la cocina, emocionado, como si fuese a ser su primer día de colegio, y así era. Abrió el frigorífico, y allí, por primera vez, pensó en mí al ver el resto de la hogaza del día de ayer. Durante los primeros segundos de mi invención, Jorge me miró con aire entristecido mientras escogía cuidadosamente los ingredientes. “Todo menos mermelada, por favor”, pensé. Alzándose de puntillas agarró la mantequilla y, rebuscando entre mermeladas y latas de conserva sacó jamón envuelto en papel de plata, ¡uf! Menos mal. Con el amor y la precisión de un alumno en su primer día, me separó equitativamente en dos mitades. Partió un trozo de mantequilla para untarla minuciosamente sobre la miga, y colocó el jamón sobre la lámina de pan como quien estira la sábana al hacer la cama, dejando un centímetro exacto de reborde ibérico para la posterior presunción. Así nací yo, el exquisito bocata de un alumno de primer día.

Salimos alrededor de una hora más tarde. Me encontraba sobre los libros de la mochila, junto con algunas reglas, un estuche con forma de zapato, calculadoras, compases… Jorge me había situado ahí para no desmembrarme y deformarme bajo la presión de tales tochos, con los que me quedé sorprendido. ¿Acaso las leyes físicas permitían que tanto conocimiento se transportase tan fácilmente con esa espalda? Entendí que, a cambio de este grato regalo de la naturaleza, era por ese mismo peso por el que la raza humana suele dejar de crecer durante esta etapa.

Nos acercábamos al colegio, lo supe en cuanto oí a Jorge hablar con los compañeros de tantos años. Aproveché la estrecha apertura de la cremallera de la mochila para ver. Los reencuentros me asombraban, percibía la emoción de saber las clases, por las listas colgadas en columnas del pórtico y por esa alegría provocada al saber que unos cuantos de sus amigos irían con él durante todo el intenso curso. Aún había algo más, la curiosidad creada por esos nuevos alumnos que venían de otros lugares. Cierta sobrecarga de sentimientos se notaba en el ambiente. Era interesante.

El tercer piso era el suyo, nada más ni nada menos. Entre los largos peldaños y las eternas horas que nos separaban del recreo las cuatro primeras horas se harían interminables. Tras recorrer el pasillo, Jorge frenó en seco. Duro fue el golpe que recibí al impactar la mochila contra el suelo. Desde abajo se observaban las innumerables talladas y chicle que marcaban el paso de la enorme cantidad de alumnos que habían padecido lo mismo. Empaticé también con todos los bocadillos por sus horas de aburrimiento. Ahora me tocaba. Mi juerga había terminado.

Pero un fallo, un error, una despreocupación sin intención, un olvido, cambió el futuro alimenticio de mis días y mi destino: Jorge se había sentado junto a sus amigos, abrió la mochila y, para organizarse mejor, me movió a la cajonera. Acto seguido, como un sarcástico juego sin sentido, como una decisión malparada, la tutora sugirió que los alumnos se situasen según el orden de la lista. Así fue como fui separado por descuido de mi creador al dejarme tirado en la cajonera. El alumno que se colocó en mi pupitre ni siquiera hacía uso de esta cárcel, pues así me sentía yo, un simple bocata abandonado y encerrado entre un tablero y una rejilla de metal, del que jamás probarían bocado.

 Y Jorge se hubiese acordado de mí si no fuese por esos profesores que, desde la primera hora, empezaron embalados, atizando a los alumnos con temeroso e indescifrable temario. Las manos sudaban, se llenaban cada cinco minutos pizarras con horror vacui y se gastaba una tiza por clase. Y allí, solo, fui pasando los días así de rápido como la velocidad de los maestros, que no era para nada directamente proporcional a la duración de las clases, sino más bien lo contrario.

Los días se convirtieron en semanas y yo encerrado. Ya se había convertido en una costumbre, pero como todos, nuestra vida es limitada, consecuente y temporal. Las que habían sido tiernas cortezas de hogaza de pan de masa madre se transformaron en arrugas rancias y placas correosas. La mantequilla se volvió insípida, pero olorosa y sólida y el suculento y sustancioso jamón se fue endureciendo hasta quedarse seco. Mi fin estaba cerca, sobre todo después de esa capa de moho verde que me salía, producto de la vejez, cual alga marina. Alguien me encontraría dentro de poco para tirarme a la basura, pero no me esperaba que el destino fuese a darme otro puñetazo, más grande incluso que el anterior.

Resulta que los alumnos de 1ºE, la gran cárcel donde se encontraba mi celda, y yo dentro a cadena perpetua, tenían un complejo e importante examen de matemáticas. Como era a quinta hora, tras el recreo, se quedaron dando un último repaso. Resulta que un tal alumno hambriento llamado Jorge se puso junto a su compañero, en el pupitre de mi cajonera y, consecuencia del azar o de un perverso y burlón plan de la vida, bajó su mano hacia mi rincón y… ¡me encontró! Seguro que tenéis alguna idea de qué alumno se trataba. ¡Qué malicia y crueldad del destino! Fue entonces que el chico, que no había si quiera desayunado, fue a desenvolver el papel de plata se encontró con su bocadillo, preparado con tanto amor, pero envejecido y olvidado. Jorge a punto estuvo de pegarme un bocado pero, dolorosamente para él, no tuvo más remedio que tirarme a la basura, como quien tira a meter un triple.

Así fue el fin de mis días, triste, cruel, pero también viví mucho, todo un inicio de curso, y asistí a muchas más clases que esa clase de bocatas jóvenes que duran una mañana, como yo estaba predestinado a durar. Y es que nunca nos ponemos en la piel de un bocadillo para ver lo que experimenta y siente, ¿verdad? Y si os dijese que he sobrevivido un intenso inicio entero de curso, ¿me creeríais? Pues esta es mi historia, la del bocata del estudiante.  

Jorge García, 1ºE
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martes, 30 de octubre de 2018

Mi Inicio de Curso

Todo comenzó como nadie lo esperaría: por primera vez en años tenía ganas (poquillas) de empezar el colegio. Tal vez por ser una nueva etapa, por los nuevos compañeros o quien sabe por qué.
El día 10 de septiembre llegó el día que muchos "esperaban con ansias": volver a adquirir nuevos conocimientos, ponerse a prueba mediante exámenes, pasar tardes y alguna noche haciendo deberes que habías dejado para el ultimo momento de forma que podías degustarlos todos al mismo tiempo, e incluso levantarse temprano para aprovechar la mañana.

Iba ya camino del colegio. No estaba nervioso por qué clase podría tener, pues como es sabido por muchos, las clases se publicaron días antes. Este hecho le quitó emoción al inicio del curso, pero al menos era un alivio saber que mi clase me iba a gustar. Al llegar al colegio me reuní con mis amigos, a quienes habia visto ya bastante en el verano, bajamos al salón de actos y después de unas sabias palabras del magnífico señor director subimos a clase. Casi la mitad de mis compañeros eran nuevos, por lo que me quedé analizando su comportamiento para identificar a cada tipo de alumno. Concluí que todos parecían majos.

Desde ese día la posicion de mi ánimo frente a mis estudios (y), respecto al tiempo (x) ha ido bajando lenta pero inexorablemente. Aunque de confesar que al principio el bachillerato me pareció bastante facil. Había pocos deberes, lo que estudiábamos en clase nos sonaba de anteriores años y seguíamos teniendo una sensación de que era verano (bendito calor).

Y éste es el comienzo de lo que un día será "una gran piña feliz".

Javier Gómez Escobar

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Mi inicio de curso, N-5


           MI INICIO DE CURSO

                    


                     El previo fundamental a empezar bachillerato es cual escoger, lo cual me llevo, durante un extenso periodo de tiempo quebraderos de cabeza, entre las opciones a elegir tenía en mente ciencias sociales o ciencias biológicas, si, ya se que tienen poco en común pero ambas tenían asignaturas que me gustan, por el lado de ciencias sociales se imparte economía e historia (me gustan y se me dan bien) y por el lado de ciencias de la salud biología, física y química. Tras preguntar a muchas personas e investigar el contenido y respectivas salidas llegó el momento de mojarse, de marcar en la casilla la una o la otra, elegir un futuro u otro, pues, aunque no de forma determinante si que de cierta manera iba a marcar mi futuro, por lo que escogí el bachillerato de ciencias de la salud, que bajo mi subjetividad deja más puertas abiertas respecto a las carreras, pero también gracias al instituto pude escoger economía como optativa por lo que tuve que sacrificar historia.


                      Ademas, he tenido que tomar otra decisión más importante que la anterior por lo que a lo largo de este verano he tenido muy presente este instituto, durante días he pensado si cambiar de colegio o no, estaba muy indeciso pero tras un tiempo pensándolo y preguntando opte por quedarme, pues una de las bazas para cambiarme era conocer gente nueva y otro ambiente ya que llevaba toda mi vida en este colegio, pero finalmente tomé esa decisión porque bachillerato es una etapa difícil donde las personas que ya me conocen me pueden ayudar. 


                     Después de esta decisión y de que se pasara el verano de forma efímera llegó la noche del diez de septiembre, víspera del inicio de curso la cual pase en vela debido a todas las novedades de este (etapa, compañeros, profesores...). La alarma de las ocho y media de la mañana puede que sea una de las peores de este año académico ya que significaba que el verano había terminado, por pereza a admitirlo tarde un cuarto de hora en levantarme, una vez levantado los otros típicos cinco minutos de reflexión (mirar un punto fijo en el suelo sin pensar en nada, dicho más claro la empanada mental de toda la vida cuando madrugas), posteriormente ducharme, donde note uno de mis primeros síntomas del fin del verano, pasar de poner el agua fría a empezar a ponerla templada y saber que en octubre ya la estaría poniendo caliente al máximo posible (y hoy a 28 de octubre así es). Estas son algunas de las razones por las que tuve que hacer el primer maratón del curso para llegar al colegio, empezamos bien. 


                     Finalmente llego el momento culmen de esta redacción el cual es el instante donde me reencuentro con todos mis compañeros y diviso a algunos profesores antiguos a lo lejos, pensé que este momento de reencuentro me iba ha resultar más ajetreado pero fue como si no nos hubiéramos dejado de ver. Mientras comentábamos lo que habíamos hecho a lo largo del verano nos llamaron para bajar al teatro donde nos esperaría el director para dar el discurso de bienvenida, una vez dentro y ya sentado en ese lugar en el que ya tantas veces había estado, el director tomó la palabra, una vez hecho el silencio dio el típico discurso para motivarnos de todos los años, con frases entrañables como: "bienvenidos a vuestra casa" entre otras y una que especialmente me llamo la atención: "comienza el curso 2018/19" en ese momento me quede clavado en el asiento sin querer levantarme asumiendo lo que esas palabras conllevaban, esa frase significa las madrugadas de todos los días, agobio por los exámenes, acostarse más tarde que pronto, entre muchos otros más factores, pero estos se llaman esfuerzo y para conseguir un objetivo son imprescindibles.


Óscar Díaz Ramírez
1.-E Bachillerato

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MI PRIMER DÍA DE CURSO

El diez de septiembre comenzó mi primer curso de bachillerato. Si ya de por sí comenzar una etapa, tan importante y decisiva como es bachillerato, puede agobiar e incluso dar un poco de miedo en mi caso tenía que sumarle la presión de ser nueva en el colegio. Recuerdo que esa mañana me desperté un tanto nerviosa, no sabía lo que me esperaba ni lo que me iba a encontrar además, quería dar una buena primera impresión ya que allí nadie me conocía.

Cuando llegué al colegio no sabía por dónde tenía que entrar o a dónde ir así que pregunté y me dijeron que los alumnos de bachillerato debíamos ir al patio. Lo primero que pensé al llegar fue en lo enorme que era, tenía muchos campos y distintas áreas de juego, cosa que me sorprendió mucho ya que mi antiguo colegio, al estar en la parte antigua de Madrid, era un edificio del año mil setecientos con un patio que no era ni la cuarta parte de este.

Cuando llegue a la zona donde estaban reunidos los alumnos de bachillerato me encontré a una amiga que me ayudó a buscar mi nombre en las listas de clase y después me presentó a algunas de sus amigas.

Pasado un rato bajamos al salón de actos donde el director y los profesores se presentaron y nos dieron la bienvenida.
Ese día solo era la presentación así que lo último que hicimos fue subir a las clases, que también me llamaron la atención ya que eran bastantes más grandes y modernas que las de mi anterior colegio. Allí conocí a mi tutora y a mis nuevos compañeros. La impresión que me llevé de ellos fue muy buena, aunque la mayoría ya se conocían de años anteriores también había bastantes alumnos nuevos como yo.

El siguiente día, el once de septiembre, fue mi primer día oficial de colegio. Entramos a las ocho y las primeras horas estuvimos con la tutora que nos explicó las normas del colegio, nos dio el horario y luego nos presentamos de uno en uno al resto de la clase. Durante el resto del día cada profesor se presentó y explicó en qué consistiría su asignatura.

En lo que se refiere a las asignaturas, este curso me parece más interesante que los demás ya que tengo materias que nunca había tenido, como filosofía o, por ejemplo, educación física en la que vamos a hacer muchas cosas que no haciamos en mi antiguo colegio.

También he de decir que además de interesante este curso me da un poco de miedo ya que no tiene nada que ver con lo que hemos hecho hasta ahora en la ESO. En bachillerato cambia la forma de estudiar, aprender e incluso las calificaciones, ya que ahora, más de la mitad de tu nota, depende de un único examen global.

Pero para mí una de las diferencias más grandes que hay entre bachillerato y la ESO es la libertad que te dan. Sin embargo, aunque esto pueda parecer algo bueno, si no te organizas bien puede volverse en tu contra. Estamos acostumbrados a que estén pendientes de nosotros en todo momento y que de repente tengamos que organizarnos solos puede llevarnos a desatender nuestras responsabilidades.
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MI INICIO DE CURSO



Suena la alarma. La apago y sigo durmiendo. Cinco minutos más tarde vuelve a sonar. Mierda, si son solo las nueve, quiero dormir. Cojo el móvil, y veo que ya estamos a 10 de septiembre. ¿Cómo es posible? Si hace nada estábamos en nuestra graduación, deseando terminar de una vez las clases…

Me levanto. Lo primero que hago es ir al baño para darme una ducha y despejarme, que sino por las mañanas no soy persona. Al salir me doy cuenta de la hora. Como no, voy tarde. Me plancho el pelo rápido, cojo lo primero que pillo para vestirme, meto todo en el bolso y salgo corriendo de mi casa para poder llegar al autobús. Consigo cogerlo, y voy hasta Legazpi. Allí he quedado con mis amigos para ir a desayunar. Cuando llego, están casi todos, faltan algunos. Esperamos a que lleguen y nos vamos todos en metro a desayunar. Nos sentamos en una terraza. Algunos se piden un café, otros leche con colacao. También hay gente que no pide nada. Estuvimos allí un buen rato, contándonos todo lo que había pasado en verano, todos juntos otra vez después de casi tres meses.

Después de un rato largo, miré el móvil. Las once menos diez. Era casi la hora. Nos levantamos y fuimos al colegio. Entramos al patio, y estaba lleno. Había muchos compañeros del año pasado, a los que saludamos con fuertes y largos abrazos, besos… Pero también había muchas caras nuevas. No conocíamos ni a la mitad.

Fuimos a ver las listas de las clases, para ver donde nos había tocado. Si coincidíamos con alguien o no. Después de estar un buen rato en el patio, nos bajaron al teatro. Nos dieron la bienvenida, nos presentaron a nuestros profesores y tutores, y nos volvieron a leer las listas. Al terminar, tuvimos que subir cada uno a nuestra clase.

Subimos todos juntos a la tercera planta. Por lo menos este año era un piso menos, aunque sigue siendo igual de cansado. Nos sentamos donde quisimos. Yo, obviamente, me rodeé de todos mis amigos que me habían tocado en clase. Esperamos, nerviosos, a que viniese nuestra tutora. Cuando llegó, se presentó, nos explicó un poco como iba a ser la nueva etapa y se centró más en su asignatura. Por último, nos dio el horario para el día siguiente, donde ponía que teníamos que entrar a las ocho y salir a las tres menos veinte, y nos dejó irnos a casa.

Salimos todos muy rápido de allí, supongo que fue porque, de algún modo, al estar allí estábamos asimilando que el verano había terminado. Y obviamente, nadie quiere eso. Pero, sinceramente, yo creo que bachillerato no es tan malo como lo pintan. Es más difícil y hay que estudiar más, lo sé. Pero te dejan mucha más libertad, ya empiezas a elegir lo que quieres estudiar y estás ahí porque tú quieres, ¿no es así?.

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Mi Inicio de Curso





Hablamos de que todo empezó el 10 de septiembre, pero eso no es exactamente así, todo empezó aquel día de Abril, cuando tuvimos que tomar la primera gran decisión con respecto a nuestro futuro.

Yo lo tenía muy claro, quería hacer el bachillerato tecnológico, a partir de ahí dejé el tema un poco aparcado, aunque cada día de verano que pasaba estaba más cerca de la denominada “madurez”, aunque en ese momento no lo sabía, estaba a unas semanas de cambiar mi rutina, del tumbarme en el sofá y estudiar el día anterior a planificarme todos y cada uno de los exámenes e intentar llevar todas las asignaturas al día.

El primer día de clase fue un poco raro, por la mañana fui a desayunar con unos amigos, como si fuese un día de verano, era la primera vez que nos juntábamos todos desde el día de la graduación. Todo iba genial y era un día normal, pero al mirar la hora en el móvil nos dimos cuenta de que era la hora, la hora de entrar al colegio, de comenzar el según algunos,temible bachillerato. La verdad que no iba muy nervioso, pero al llegar la hora todo cambió, nuevos compañeros, profesores la mayoría de ellos desconocidos y el nuevo edificio. Yo soy un chico de costumbres, y esto me descolocó un poco. 

Al asignarnos las clases estaba un poco más relajado, pero no conseguía quitarme ese nerviosismo del principio, a pesar de que me había tocado con algunos de mis amigos y la  tutora era de una de las pocas profesoras que conocía, dado que había sido la tutora de mi hermano el año anterior.

Conforme pasaban los días me iba encontrando más a gusto, empezaba a sentirme como realmente soy, e incluso empezaba a hablar con los nuevos compañeros, aunque es verdad que a alguno ya lo conocía de antes.

En este momento ya no somos ese grupo la mayoría desconocido que éramos al principio, ya somos como una pequeña familia.

Javier Gende
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Mi inicio de curso

Lo primero, voy a presentarme, soy Sergio Paz, y os voy a contar  mi inicio de curso.

Hay mucha gente que no tiene nada claro lo que quiere estudiar o ser en un futuro, pero yo desde pequeño ya lo tenía decidido. Siempre me han gustado mucho las ciencias como matemáticas y física, y eso es lo que escogí, bachillerato científico-tecnológico.

Estaba muy nervioso, no conocía a nadie de allí, solo sabía que venían algunos compañeros de mi antiguo colegio, pero sabía que no iban a estar en la misma clase que yo. No sabía si les iba a caer bien a la gente nueva de mi clase, pero ahora sé que son muy agradables y muy majos. No solo estaba nervioso por eso, era una nueva etapa y tenía asignaturas que no las había dado nunca y me asustaban. También el colegio era nuevo y muy diferente al que yo iba, el patio es gigante y hay muchas clases, cosa que no pasaba en mi antiguo colegio.

Por fin llegó el día, empezábamos el bachillerato. Debo decir que era el día de presentación y solo estuvimos un par de horas, pero había que empezar. Al cabo de poco tiempo allí me enteré de que iba a la clase “E”, y por suerte, Jorge, un gran amigo, también iba a mi clase. Nos presentaron el curso en el salón de actos y poco después, fuimos, a lo que sería para todo el curso, nuestra clase. Covadonga que es nuestra tutora, nos advirtió que es un curso difícil donde hay que estudiar y esforzarse, porque el futuro de nosotros depende del curso.

Y así nos despedíamos de ese día y volvíamos a casa para empezar el siguiente día con mucha fuerza.


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Mi inicio de curso


Mi primer día en Salesianos


Para empezar voy a presentarme; soy Juan Brizuela Ortega, tengo 16 años y vengo del colegio San Javier.

Mi primer día en Salesianos fue el 10 de Septiembre, ese día empezaba algo nuevo, una nueva etapa. Mi primera impresión nada más entrar fue alucinar con la cantidad de compañeros que hay en 1º de Bachiller y las instalaciones del colegio, esto es debido a que yo vengo de un colegio muy pequeño y familiar dónde todo el mundo se conocía ya que había alrededor de 50 niños por curso.

Una vez qué ya estábamos todos nos llevaron al teatro dónde nos hicieron una presentación del curso, después tuvimos que ir a mirar que clase me había tocado y ahí fue dónde me di cuenta que por suerte me había tocado con dos amigos que venían conmigo de mi antiguo colegio. Nos llevaron a las clases y dio la casualidad de que había gente que ya conocía lo cual ha hecho que el adaptarme me haya sido mucho más fácil.

Tengo muy buenas expectativas de los 2 años que tengo por delante, ya que aparte de que ya esto decidirá nuestro futuro estoy seguro de que haré buenos amigos. El ambiente del colegio es muy bueno y los compañeros tanto de mi clase, como los que he ido conociendo de las demás clases, son todos buenos chavales con los que estoy seguro que viviré grandes momentos.

Y por último decir a mis compañeros de 1ºE que gracias por haberme acogido así de bien desde el principio y que vamos a pasar un buen año.

Muchas gracias y un saludo.

Juan Brizuela Ortega.


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mi inicio de curso

Hola, soy Paloma Suz y voy a contaros cómo ha sido mi inicio de curso.
Iban siendo ya las primeras semanas de septiembre y tocaba despedirse del verano, que aunque pareciera presente por el buen tiempo que hacía, ese periodo de vacaciones finalizaba para dar la bienvenida a las clases.
Comenzaría una etapa nueva, bachillerato. Que incluso siendo 2 años son sufridos. Yo, que siempre he escuchado del miedo al bachillerato, de lo exigente y duro que es, he de decir que llevaba esa idea en mente.
Había escogido la rama de dibujo técnico y de optativas tecnología industrial y TIC. Aún así, yo nunca he tenido muy claro qué estudios quería hacer. Siempre me ha agobiado mucho pensar esas cosas y lo evitaba lo máximo posible. En el momento de elegir optativas descarté humanidades y la rama de biología. Llegué a plantearme incluso escoger artes pero al final, tras pensarlo cogí el bachillerato tecnológico.
Todavía no lo he mencionado, pero antes de verano decidí matricularme en el IES Beatriz Galindo debido a todos los buenos comentarios de gente que había estudiado allí bachillerato y del centro en general, tanto de personas cercanas como de la buena fama por la que es conocido este instituto. Esta decisión también tuve que meditarla, ya que no sólo me enfrentaba a un cambio de etapa, también de pasar de algo a lo que llevo toda mi vida acostumbrada a algo totalmente distinto. Cambiaría el trayecto que realizo para ir y volver de clase, los compañeros, las aulas, el patio, los profesores… Pero he de decir que tampoco me asustaba mucho e iba bastante tranquila y también contaba con que tenía amigos dentro. Sabía perfectamente que podría resultarme todo muy nuevo, pero que en un tiempo me familiarizaría con ello.
El primer día allí fue bien, conocí a alguno de mis compañeros y estuvimos charlando un rato después de la presentación. A la hora de comer, fui con un amigo y unas chicas del centro a comer. Fueron todos bastante majos e hice buenas migas. Según iban pasando los días conocí a más gente y el ambiente que había en clase respecto a los compañeros era bastante bueno, así que en ese ámbito estaba bastante tranquila con el cambio. Luego mi caso se volvió un tanto peculiar ya que volví a mi antiguo instituto. Así que puedo decir que tuve dos inicios de bachillerato, uno en el IES Beatriz Galindo y otro en los Salesianos Atocha, aunque en uno de ellos estuve durante un mes y, por lo tanto, llegué al otro con un mes de retraso. Esta última parte me resultó bastante complicada, ya que además del esfuerzo que hay que hacer en bachillerato por sacar la mejor nota posible, llegué con un mes de retraso en plena época de parciales. Cuando entré estuve bastante agobiada porque no me imaginaba que hubiesen avanzado tanto temario en comparación al instituto de donde provenía. Como es obvio también me esperaba esta posibilidad ya que había perdido un mes entero de clases. Pero me encontraba en la situación de que tenía que ponerme al día con todas las asignaturas y en las clases me costaba bastante seguir el ritmo porque no había entendido lo previamente dado y además tenía que hacer las actividades atrasadas y las que iban mandando durante la semana, esto también me resultó difícil porque no entendía los apuntes que me pasaban mis compañeros y tampoco tenía libros. Actualmente este problema se ha reducido aunque de vez en cuando me agobio bastante.
Estoy muy contenta con todos los profesores y compañeros, asi que ya sólo queda poner de mi parte por sacar la mejor nota y llegar lo más lejos que pueda con cada asignatura.
Esta ha sido la historia de cómo ha sido mi comienzo de curso, voy a esforzarme lo máximo posible durante mis dos años aquí y confío en que todo salga bien.
Paloma Suz
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Mi primer día en Salesianos

Mi primer día en Salesianos

Lo primero que voy a hacer es presentarme; soy Antonio de las Heras y voy a explicar de donde vengo y como ha sido mi inicio en bachillerato en este nuevo colegio para mi.

Vengo del colegio San Javier, y ya que no había bachillerato tuve que cambiar de colegio y elegí el Salesianos Atocha, lo cual creo que ha sido una buena elección porque hay un ambiente muy familiar en el colegio en general y en la clase donde me ha tocado, con la que estoy muy contento.

Bueno, mi primer dia de clase, ese 10 de septiembre, llegué y lo primero en lo que me fije fue en lo grande que era el colegio y sus instalaciones, dado a que yo venía de un colegio mucho más pequeño. Al subir a la clase en la cual me había tocado me di cuenta de que tuve la suerte de que me tocara con dos amigos a los que ya conocía, por lo que me sentí más seguro; pese a que con el tiempo he ido conociendo a otras nuevas personas las cuales me han caído genial.

Todos mis compañeros son amigables y es una clase en la que se puede aprender mucho, pero también compartir muchas nuevas experiencias a lo largo de estos dos difíciles años que nos esperan, en los que hay que esforzarse para sacar buena nota y luego poder elegir lo que quieres hacer.

Para finalizar me gustaría desear mucha suerte a todos mis compañeros en este curso y espero que entre todos lo hagamos más llevadero.

Muchas gracias y un saludo. Antonio de las Heras

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Mi primer día.




Hoy voy a explicar mis sensaciones durante el primer día de clase, ese día que al principio de verano ves tan, tan lejos y que parece que no va a llegar nunca, pero sí, si llega y mucho antes de lo que creemos.

Pues bien, fue un 10 de septiembre, el día anterior antes de irme a la cama puse la alarma y me dormí después de un largo rato pensando con quien me tocaría y como sería el tan temido bachillerato.

La alarma sonó sobre las 9 de la mañana, me costó bastante levantarme después de dos meses y medio sin madrugar, pero cuando lo conseguí, me duche, me vestí, desayune y salí de casa.
Tras 15 minutos andando, llegue a la puerta del colegio, donde había quedado con mis amigas. Empecé a saludar a toda la gente con la que más afinidad tenía, acto seguido, nos indicaron que teníamos que bajar al salón de actos, yo estaba bastante nerviosa ya que sabia que no me iba a tocar en la misma clase que a mis amigas ya que ellas habían elegido bachillerato de Ciencias Sociales.
Cuando dijeron las listas de los nombres de los alumnos y los tutores de cada clase, me sentí un poco mas tranquila, ya que conocía a algunas personas de años anteriores.
A la hora de subir a clase para que nos explicaran como iba a ser el primer curso de la nueva etapa en la que entrábamos, yo me puse un poco nerviosa porque no encontraba la clase, al ver que entraban algunas personas que habían sido nombradas en la misma lista que yo, entré a aquella que ponía 3.4., aquella que sería mi clase durante este año.
Empecé a fijarme en mis nuevos compañeros y la verdad es que a primera vista parecían todos muy majos, me sentía cómoda.

Después de la charla, mis amigas me estaban esperando en la puerta del colegio ya que habíamos quedado para comer todas juntas. Comenzamos a charlar sobre los profesores que nos habían asignado y los compañeros que estaban en nuestra clase.
Cuando llegué a casa, le conté a mis padres como me había ido el primer día de clase.
Cené, vi un rato mi serie favorita en la cama, puse la alarma y me quedé dormida después de un largo día.

A partir de ese día, comenzó mi rutina.

Nerea López López 

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Empieza la rutina


   El 10 de septiembre fue el primer día de clase. Me levante a las 7 de la mañana por los nervios, lo único en lo que podía pensar era en el colegio. Era mi primer día en bachillerato. Tenía muchas ganas de saber quien iba a estar en mi clase y empezar pero tambien sabía que bachillerato era muy dificil, por lo que me habían contado.

   Tarde bastante tiempo en decidir que ponerme, puede que demasiado, y salí corriendo de casa. Había quedado con algunos amigos para desayunar y hablar sobre el verano. Cuando llegue al colegio empece a saludar a mucha gente y fui hacia el teatro. Nos dijeron lo mismo de todos los años: esto era una nueva etapa con nuevas experiencias, que había q esforzarse y mas cosas así.

   Cuando terminamos, subimos a las clases que nos habían asignado. Yo estaba en 1ºE. Me fije en todas las caras nuevas y antigas. Con ellos iba a pasar parte de una de los cursos más importantes de mi vida.

   Quería que llegase mañana y poder empezar ya las clases.

Cristina López
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Mi inicio de curso

Soy Alonso Blazquez y voy a contar mi primer día de una nueva etapa del colegio.

Era el primer día del comienzo del temido bachiller, tenía sensaciones contradictorias, por un lado tenía ganas de empezar porque al ser una nueva etapa iba a conocer bastante gente nueva, los cuales me iban a acompañar en este camino,pero por otro lado estaba la pereza de volver a la rutina, pero este año iba a ser mucho mas duro que todos los anteriores, o eso decía la gente que ya había pasado por aquí.

Aunque fuese una etapa diferente hice lo mismo de siempre, la noche de antes me deje las cosas preparadas, para cuando me despertase solo tuviese que ducharme y vestirme para poder ir al colegio.

Antes de ir a la presentación quede con mis amigos que había hecho en la ESO para ir a desayunar todos juntos y contarnos nuestro verano.

Cuando llegué al colegio pude apreciar un montón de caras nuevas, en ese momento me llene de ganas de saber el nombre de la gente que estaría en mi clase y que caras nuevas se iban a añadir a mi rutina y ademas no conocíamos a los tutores ni profesores que esto le sumaba un plus de intriga al asunto.

Nos bajaron al salón de actos a todos los estudiantes para anunciar quien era nuestro tutor y nuestros compañeros, yo tuve la suerte de que me tocase con un grupo de mis mejores amigos, con lo cual sabía que si necesitaba cualquier cosa ellos estarían ahí para ayudarme al igual que yo a ellos. Había unas cuantas caras nuevas, las cuales ahora ya considero amigos.

Este fue mi primer día de clase, ya estaba mentalizado para hacer el esfuerzo durante este año de clase, para poder sacar unas buenas notas, y isa contentar a los profesores, a mis padres y al mas importante a mi mismo 
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lunes, 29 de octubre de 2018

MI COMIENZO DE CURSO Nº 1

Soy Jorge Berlanga Heredia y os voy a intentar explicar como ha sido mi inicio de curso.

Unos días antes del comienzo de mi nuevo curso ya notaba cierto nerviosismo al pensar en esta nueva etapa de mi vida. Se me antojaba que iba a ser un comienzode curso algo duro más duro que en años anteriores por varias razones.

La primera razón es que todos mis amigos que  ya han  pasado este curso me han contado la dificultad del mismo. El estudio debe convertirse en un hábito diario y hay que trabajar duro si se quieren sacar unos buenos  resultados. 

La segunda razón, y no por ello menos importante, se debe al cambio de colegio que he tenido que realizar este año. Durante 13 años he estado en el mismo colegio, un colegio pequeño y familiar donde todos nos conociamos, profesores, alumnos e incluso conociamos a los fmiliares de alumnos de otros cursos. Las clases estaban formadas por grupos muy reducidos de alumnos y por todo eso me sentía como en mi segunda casa. Al llegar a Salesianos Atocha me quede asombrado al ver que solo el patio era más grande que todo mi antiguo colegio. A lo anterior hay que añadir que, por descontado, no conocía a ningún profesor y que de todos los alumnos que hay en Salesianos, unicamente conocía a  unos escasos 10 compañeros que venían de mi antiguo colegio y que se encotrban repartidos por las siete clases de 1º de Bachillerato.

El día 10 de septiembre comenzaba mi nuevo curso,  1º de Bachillerato. Fue un día bastante tranquilo ya que teníamos que asistir únicamnte durante dos horas para la presentación del curso en el Salón de Actos del colegio, así como para la presentación de profesores y tutores. Ese día me dijeron que formaría parte de la clase de 1º E,  que mi tutora sería Covadonga y que seríamos 30 compañeros en mi clase. Me enteré que a Sergio, mi amigo desde Infantil, le había tocado en mi misma clase y  esto me tranquilizó bastante. Después de la presentación, cada grupo subió con su totor a su clase correspondiente y después de una breve presentación nos fuimos a casa, 

Me considero un poco timido, por lo que me cuesta hablar con mis nuevos compañeros. Después de un mes y medio de clase, gracias a las convivencias y a los trabajos en equipo, he podido conocer un poco más a algunos de ellos. Estoy seguro que poco a poco, a lo largo de todo el curso, iré conociendo a todos  y que incluso puedo llegar hacer grandes amigos. Creo que puede ser una experiencia muy positiva para mí.

Con esto termino, un saludo,

Jorge Berlanga Heredia


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Una nueva aventura



Una nueva aventura


Me llamo Amalia, tengo 16 años y me voy a disponer a contaros mi primer día en Bachillerato siendo " la nueva".
 
Eran las nueve de la mañana y mi despertador sonó, me levante y lo primero que pensé fue que iba a ir a la presentación de un sitio nuevo con gente nueva, donde apenas conocía a unas diez personas, y por un momento sentí muchos nervios.

Desayuné, y fui a vestirme pero como toda chica presumida eso fue lo que más tiempo me llevo, por que claro una buen primera impresión siempre es importante.

Había quedado en Embajadores con los pocos que conocía del Salesianos, estuvimos un rato por la zona y luego entramos, fuimos al salón de actos donde angustiados vimos a muchos profesores mirándonos, pero que de alguna forma nos trasmitían su confianza.

Al acabar la presentación salí muy animada por el trato tan majo de todo el mundo;Y con muchas ganas de empezar el próximo día.
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Mi inicio de curso

Antes de nada, supongo que debería presentarme, soy Alfonso Nieto, y, sinceramente, no se cómo me irá en esta nueva etapa de mi vida. Esta es una pequeña parte de mi historia, mi primer día en Bachillerato. Vamos allá.

Aquel 10 de septiembre me desperté, como es obvio, algo más nervioso de lo habitual, ya sabéis, gente nueva, cole nuevo... y todas esas cosas que asustan a la gente. Durante una hora entera, estuve preguntándome lo mismo repetidas veces, ¿podré encajar en mi nueva clase?, ¿con quién me tocará?, ¿haré amigos pronto? y, sin darme cuenta, llegó el momento de salir de casa hacia..., bueno, no se muy bien hacia dónde, la verdad.

Tuve la gran suerte de coincidir con mis amigos y antiguos compañeros de clase, con los que llegué al colegio sin problemas, aunque mi suerte el primer día terminó allí mismo, o eso pensé yo.
¡Solo! Venía con ocho amigos y me tocó solo en clase, lo único que podía hacer era esperar a que se resolvieran las preguntas que me había planteado esa misma mañana y, afortunadamente, salió todo bien, bueno, bien en el contexto de un primer día de curso con gente que no conozco de nada.

Al final, logré entrar fácilmente en el grupo, mucha gente me acogió más rápido de lo esperado y eso me hizo sentir muy, muy contento. Ahora, casi dos meses más tarde, he conocido gente increíble en el colegio, entre las cuales debo mencionar a Gabriel, primo de un antiguo compañero y primer amigo mío en este nuevo lugar. La verdad, estoy muy agradecido a toda esa gente, chicos y chicas que, en algunos casos, me importan mucho más de lo que piensan, quien quiera que se de por aludido.

Y ahora sí, dejo ya de escribir, solo decir que muchas gracias por haber leído esto y por haberme aguantado un rato.

                                                                                                                              Alfonso Nieto López
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Mi inicio de curso nº25

Hola a todos, soy Pablo Rivera Muñoz alumno de 1ºE de Bachillerato.
Hoy voy a hablar sobre mi inicio de curso en primero de Bachillerato, para empezar decir que yo estuve dudando muchos meses sobre que modalidad de bachiller coger, descarté completamente humanidades y el bachillerato científico-biológico por las muchas horas de estudio que éstas conllevaban, y me quedé con el científico-tecnológico y con el ciencias sociales. Era el momento de elegir no solo la modalidad sino también, casi, el rumbo que tomaría mi vida en consecuencia a tal elección; al final lo pensé con mucha paciencia y cabeza y llegué a la conclusión de que no sabía que hacer en mi vida por ahora al 100% (a pesar de que la economía era el gran atractivo para mí en ciencias sociales, además de que sociales era mucho menos duro que ciencias puras), por ello decidí irme a ciencias para no cerrarme las puertas de todas las carreras científicas, pues si me iba a sociales me impediría el acceso a muchas carreras posibles (todas del ámbito de las ciencias). A su vez sabía que tendría que estudiar, razonar y pensar mucho más que en sociales, pero eso me motiva al reto de este bachillerato; aunque por suerte se me dan bien mates, física y dibujo (las asignaturas más difíciles de ciencias-tecnológicas).

Mi inicio de curso fue un poco retrasado debido a una operación que tuve el mismo día de la bienvenida al bachiller, mientras a mí me estaban operando del abdomen, mis amigos y futuros compañeros estaban yendo de vuelta a sus casas; pero bueno todo tiene su lado positivo, y fue tener cuatro días más de vacaciones, en los que descansar para la recuperación de la intervención nunca deseada,pero conveniente. Durante ese tiempo me llamaron del I.E.S. Cervantes ya que había surgido una plaza para mí, debido a que en su día eché la matrícula por la buena fama que tenía el instituto ,pero en ningún momento valoré la posibilidad de que me elegieran ya que casi nadie que no fuese del centro entraba nuevo, sólo dos o tres personas máximo, aún así después de mucho pensarlo y valorar de una manera muy importante, entre muchas otras cosas, el poder estar tranquilo en el tema social (de amigos) y también la costumbre y tradición de haber ido toda mi etapa escolar al Salesianos decidí negar la plaza y seguir con mi trayectoria como estudiante en el colegio de toda mi vida. Por lo que, llegué yo el viernes de la misma primera semana a conocer mi futura clase, reencontrarme con mis amigos y compañeros que hacía mucho que no veía, el recibimiento fue muy bueno aunque a partir de ese día me tuve que poner las pilas para ponerme al día después de haber faltado a tres días de clase.

A partir de el lunes siguiente al viernes de llegada me dí cuenta de que esto ya no era la inocente E.S.O. en la que sin estudiar sacaba 7 u 8 fácilmente, aquí las notas cuentan para nuestro futuro y por ello hay que trabajar y estudiar, y a partir de ahora el verano será la única etapa de mi vida para el descanso hasta que acabe mis estudios universitarios, pero sé que todo esfuerzo tiene recompensa y por ello espero sacar la mejor media posible en este primero de bachillerato.

Por lo demás, los profesores son muy agradables y explican bastante bien, se les ve un buen dominio sobre la materia que dan, y , en cuanto a los compañeros de clase estoy más que contento todos son muy amables, graciosos y están dispuestos a ayudarte en cualquier duda, los ratos entre clase son muy entretenidos, tengo a muchos amigos que han continuado en el colegio desde la E.S.O. Yo llevo en este colegio desde primero de primaria, siento que debo acabar aquí mis estudios como los empecé en su momento hace ya 10 años (se dice rápido).

En el tema de asignaturas estoy bastante contento con la elección porque ,en cierto modo, hago una mezcla entre científico-sociales, pues cogí economía como optativa ya que es una de las asignaturas que más me gusta e interesa, por lo demás he tenido bastante suerte con los profesores de todas las asignaturas teniendo en cuenta lo que me han contado sobre otros profesores de las mismas asignaturas que yo también doy, pero que por suerte no me dan ninguna.


Espero poder hacer lo máximo en estos dos años que me quedan hasta acabar el bachillerato y la selectividad, sé que si sacó lo mejor de mí sea cual sea el resultado estaré orgulloso, porque el resultado suele venir en base al esfuerzo puesto en cualquier meta de la vida.

Un saludo,
Pablo Rivera Muñoz.


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Mi inicio de curso: Vuelta a la cárcel

Ha llegado el día, no es un día cualquiera, hoy 10 de septiembre de 2018, tras haber ido al juicio de mi futuro y ser acusado por los cargos de querer llegar a ser algo en la vida, el juez ha dictaminado mi traslado inmediato a otro módulo de la prisión llamado bachillerato. Para mi es una palabra muy extraña, dicen que todas las personas que entran, tras mucho esfuerzo por realizar acciones que ellos creen innecesarias, son libres para hacer lo que quieran, el juez también me ha dicho que si mi actitud es la correcta como máximo solo estaré dos años, yo sin dudar acepté ya que si quiero llegar a ser algo en esta vida, por desgracia no hay otro camino para hacerlo, e de renunciar a mi libertad para más tarde ser libre de hacer lo que quiera. Estoy de camino, junto a mucha más gente, a esta nueva “etapa” de mi vida, pensando en la misma pregunta: ¿Sirve para algo esta nueva etapa?, mucha gente se preguntará por qué pienso en eso, y la razón es muy sencilla, mientras voy de camino a mi nueva cárcel, observo a gente con la mirada perdida, con falta de ilusión en sus ojos, lo que hace que me pregunte: ¿Soy yo el único que quiere llegar a ser algo en la vida, que quiere dejar su huella en este mundo tan frío? o ¿Esa misma gente que veo por la calle pensaba lo mismo que yo?, haciéndome pensar, si mi decisión es la correcta, o si simplemente voy a malgastar mi tiempo, para acabar por la calle con la mirada perdida pensando solamente en una palabra, rutina, esa palabra que le quita el sabor a la vida, que hace que te levantes por la mañana para vivir lo mismo que viviste ayer, una vida vacía. Llegando, me encuentro con muchos compañeros y amigos que también eligieron sufrir para ser libres, y poder vivir su vida. Entramos a la misma sala de todos los años para dar inicio a lo que futuramente serían nuestras peores pesadillas, poco a poco se van presentando uno a uno nuestros supervisores, que amablemente nos hacen llamarles tutores, yo se que no están para comprenderte, están para vigilar y corregir las acciones que según ellos no deberías hacer. Tras ser asignado a un supervisor junto con un grupo de compañeros, somos acompañados a nuestra celda personal, donde pasaremos el próximo año entero. Algunos expresan una falsa felicidad al volver, sonriendo para expresar normalidad, otros están en silencio, esperando lo que venga a continuación, yo mientras bromeo con un grupo de amigos para hacer más amena mi estancia en ese lugar. Tras ser explicados por el supervisor nuestros horarios de entrada y salida, también él mismo nos contó que esta etapa iba a ser un infierno, porque aunque al salir del colegio supuestamente teníamos libertad, íbamos a sufrir el mayor castigo que existe, los deberes, trabajos, que debíamos realizar en nuestro espacio de descanso personal, convirtiendo el mismo en una cárcel, haciendo que ni en tu tiempo de descanso (que los supervisores disfrutan) puedas descansar, asociando malos recuerdos a lugares felices. En ese preciso instante, fue cuando me di cuenta, de que me había metido en un lugar del que se entra, pero no se puede salir, eso que está en todo lo que hacemos cuando nos lo pasamos bien y sobretodo cuando lo pasamos mal, y que desgraciadamente nos acompaña casi toda nuestra vida, a eso yo lo llamo rutina.


Carlos Lafuente Sanz
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Mi inicio de curso nº18

By octubre 29, 2018
Todo empezó un día 10 de septiembre, me levante a eso de las 7, sin necesidad de usar el despertador, ya que estaba tan nerviosa que no había dormido en toda la noche.
Me fui corriendo a desayunar y en poco tiempo ya estaba lista para salir por la puerta.

Lo único en lo que podía pensar mientras esperaba el metro para ir al colegio, era en que compañeros y profesores me tocarían, pero tampoco estaba demasiado preocupada, ya que llevo en el salesianos desde los tres años, y ya conocía a mucha gente allí.
En cuanto llegué, me puse a buscar a mis amigas y nos dirigimos al teatro, que era donde nos dirían en que clase estaríamos el resto del año.
Yo ya sabia mas o menos con quien me tocaría, ya que sabia que nos separarían por asignaturas.

Llegamos a clase y pude ver por fin a todos mis compañeros, la mitad de la clase era gente nueva , pero desde el primer momento todos me parecieron muy majos.
Estaba en la clase de primero E, lo que me extraño un poco ya que nunca había visto tantas clases, en la ESO solo teníamos hasta la D.
Volví a casa mas pronto de lo normal, ya que nos dejaron volvernos antes.

Esa misma tarde la pase pensando en lo que me esperaba, la ESO ya se 
había terminado y ahora empezaba una nueva etapa, que seria mucho mas difícil, me daba un poco de miedo eso de que la media del curso cuente para tu futuro... pero a la vez tenia muchas ganas de empezar, ya que por fin podía cursar todas las asignaturas que de verdad me gustan.

Y así acaba mi experiencia del primer día de clases, un saludo.
Laura de Miguel López.
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