¡Qué fácil es callarse! ¡Qué fácil es callarnos! ¡Qué fácil! De
olvidarte de tu madre, de quién era. Qué fácil imponerte al darnos, taparnos la
boca con tus manos. Qué fácil decirme que no chille, despreciar mi fruto,
cortarme las alas, cuando no hay mejor que tú que me las acuchille. Qué fácil
hablar de nosotros sin tenerme en cuenta, acusarme, quitarme la voz, conquistar
a tu futura sirvienta. Qué fácil meterme miedo, tan solo para pedirme agua,
sembrar tu propio terror, tu temor de no adueñarme, ni aun así con sable de
acero. Pues bien… ¡mujeres! ¡Qué cosa! Somos parte de vosotros, somos vuestra
mitad. ¿Qué fácil…? ¿Cortarte en dos? NO. Somos iguales por dentro. ¿Por qué
apartarnos? ¿Por qué excluirnos? No somos tuyas, sino una más. No tus esclavas,
ni tus cosas. No nos grites al enfadar. No nos quitéis las alas, porque
entonces nadie va a volar.
0 comentarios:
Publicar un comentario
Nota: solo los miembros de este blog pueden publicar comentarios.